Multitrans en el Port de Barcelona
Solo en 2020, el puerto de Barcelona operó 58.492.611 toneladas de mercancías, casi todas ellas artículos de exportación o importación.
Esto da cuenta de la importancia estratégica que revisten los puertos marítimos dentro de la cadena mundial de suministros. El puerto es el punto de conexión entre los grandes portacontenedores y los camiones y trenes que distribuyen esa mercancía por todo el territorio.
Como podemos imaginar, el puerto es un sistema enormemente complejo, donde se realizan infinidad de actividades de carga y descargas, administrativas, de seguridad, de avituallamiento…
De hecho, los puertos internacionales, como el nuestro, son zonas francas. En el interior de sus instalaciones se realizan los trámites aduaneros y, por tanto,
se requiere autorización para entrar en el recinto, donde hay ciertas medidas de seguridad.
Por eso, las operaciones en el puerto revisten ciertas peculiaridades. Veámoslo.
Operaciones de carga
Nuestro camión sale de las instalaciones de Multitrans. Su misión es cargar un contenedor estándar (de nombre técnico, TEU) y llevarlo al almacén de nuestro cliente.
Para facilitar los trámites, el Port de Barcelona ofrece la plataforma Portic, que nos permite mantenernos en contacto con el resto de actores del proceso de carga y descarga: transitarios, estibadores, etc. Eso nos permite arrancar el vehículo con la mayor parte de la información al día.
Como ya te hemos explicado, nuestra campa está a solo cinco minutos del puerto. El trayecto es muy corto. Otra cosa es la espera, que puede ser prolongada. Para reducirla, la Autoridad Portuaria nos ofrece el portal Tiempo de Acceso, que nos permite reservar franjas horarias y consultar los tiempos de espera.
Una vez hemos pasado el control de entrada, nos dirigimos a la terminal de contenedores. Normalmente, los trámites administrativos se realizan online. Así que el conductor se limita a las operaciones técnicas. Además, y debido al Covid, los conductores no pueden abandonar su cabina.
A continuación acudimos al área donde se apilan los contenedores. Mientras una grúa de carga lateral –sidelifter– eleva el TEU correspondiente, el camión se mantiene a la espera. Una vez elevada, nos situaremos perfectamente alineados con el contenedor, para que la grúa lo deposite sobre el remolque. ¿Ya podemos irnos?
Pues no: antes de abandonar el puerto, todavía nos queda otro paso: el trámite aduanero. Esta gestión la realiza nuestro cliente, pero nuestro conductor tendrá que someterse a lo que dispongan las autoridades, como, por ejemplo, una revisión aleatoria de la carga.
Finalmente, nuestro vehículo sale del puerto y se dirige a las instalaciones del cliente, donde descargará el contenedor.
Operaciones de descarga
Con el remolque descargado, otro cliente cercano nos espera para llevar otro contenedor al puerto. Así rentabilizamos el trayecto de regreso.
Tras cargar el nuevo volvemos al puerto. Allí tendremos que realizar de nuevo el trámite de aduanas. Superado este, vamos al muelle, junto al barco ya descargado. Allí encontramos las pilas de contenedores, en un área delimitada por dos raíles.
En este caso, la descarga la realizará un gigantesco puente grúa operado por un estibador. Nos situaremos en la cola de descarga. Cuando llega nuestro turno, nos alinearemos perfectamente con la pila, liberaremos el contenedor y del resto se encarga el estibador, que elevará el contenedor y lo situará en lo alto de la pila.
¡Y ya estamos! Hoy ya hemos efectuado dos operaciones con uno de los sesenta camiones de nuestra flota que operan a diario.
¡Hasta muy pronto!